lunes, 29 de marzo de 2010

El infravalorado arte del cabezazo tucumano (PARTE III)

(CONTINUACION DEL POST ANTERIOR)

TEOLOGIA

El padre Alfredo es de esos curas copados, que cuando empezaba la misa abría las manos como si fuera a abrazar a toda la multitud y decía “Adivinen quien soy… no, no soy Batman”. Era graciosísimo la primera vez que lo escuchabas, pero el hecho de repetir el mismo chiste todos los domingos, aunque introducía variantes tales como “no soy Spiderman”, “no soy Barney” y “no soy Bob Esponja”, embolaba.

El otro día me lo encontré en el supermercado chino, y como vivimos cerca, volvimos caminando juntos. Hablamos sobre teología y filosofía, y de su charla pude obtener algunas explicaciones sobre el cabezazo.

Si vamos al caso, muchos creyentes, tratando de rejuntar ciencia y religión con voligoma, afirman que Dios fue el creador del Universo: el momento fundacional coincide con el llamado Big Bang, o gran explosión, la cual se dio debido a un tremendo cabezazo que la deidad le dio al vacío que imperaba en ese momento.

Pero claro! Ya arrancamos para el ojete. Dios le dio un cabezazo al Universo. Explicación satisfactoria o le devolvemos su dinero de las limosnas. Estamos condenados… pero suerte que no somos creyentes.

FISICA CUANTICA

Hace unos días fui a comer pastel de papas a la casa de Mariel, una amiga que estudia Física en la UBA. Charla va, charla viene, terminamos hablando sobre física cuántica y astronomía. Charla interesante que me dejó pensando y pude captar lo siguiente:

1. El Universo se crea por choque de partículas. Estrictamente, cabezazos micro atómicos

2. Los planetas del sistema solar se crean por cabezazos de materia incandescente

3. El cinturón de asteroides es un vestigio de un antiguo cabezazo entre planetas

4. La Luna se origina por un megacabezazo que un cometa le dio a la Tierra

Pero claro! Ya con la física estamos del tohór. Si el cosmos es un puterío que arregla todo a los cabezazos, ¿quién carajo puede venir a decirnos que nuestra forma de besar es antiestética? Si solo seguimos las leyes de la física, la puta madre!

PALEONTOLOGIA

Matías, un amigo mío de la facu, otrora estudiaba esa carrera orientada a bichos antiguos, dinosaurios y soretes fosilizados.

De un estudio sistemático en colaboración conjunta sobre taxonomía de los dinosaurios, encontramos un ejemplar que muestra claramente la conducta del cabezazo como fruto de la evolución: el Pachycephalosaurus.

Este dinosaurio tenía un extraño ritual de apareamiento: el macho veía a la hembra desde lejos, pegaba un alarido ensordecedor y corría hacia ella, dandole un topetazo en la cabeza. Cuando la hembra estaba inconsciente, el otro zángano la montaba por detrás, la preñaba y seguía su camino.


Con este tipo de comportamiento no es difícil deducir porque esta especie evolutivamente duró lo que un pedo en el aire: se extinguió sin dejar descendencia.

Pero claro! Ya hasta hace cientos de millones de años teníamos un antepasado y amigo de la casa. Estamos jugados.


ANTROPOLOGIA

Hoy en día, todos tenemos algún amigo que está cursando esa carrera. Yo tengo a Alfonso, que está en el 5to año de la carrera, en Filosofía y Letras. Lo más loco es que a Alfonso le preguntás “¿Y qué es la antropología?” y entra en shock, le agarran convulsiones y empieza a lanzar espuma por la boca como un perro con rabia. Y ni hablemos cuando le pregunto “¿Y para qué sirve?”, porque explicar el estado catatónico al que llega ante tal pregunta haría suponer a algún evangelista perdido que llegó a esta página que Alfonso está poseído por Satanás.

Pero ayer obvié esas preguntas y directamente le pedí que me cuente sobre las costumbres de otras culturas. No encontré nada interesante en su charla acerca de indios, africanos y tipos que iban a la selva con una simple libretita, así que todo terminó en que nos quedamos el viernes a la noche tomando fernet en su casa viendo la saga completa de los sketchs de Mr. Bean, índigo por excelencia. Ahí llegué a la conclusión de que los ingleses son los verdaderos maestros en el arte del cabezazo.

¿Dudas? Poned el siguiente video en el minuto 5:50. No tiene desperdicio


Entonces claro! Si hasta los ingleses, que para imponer modas son mandados a hacer, tienen un amplio manejo del arte del cabezazo! ¿Qué nos queda al resto de los mortales en una noche de boliche?

Por eso ya no me caliento. La próxima vez que una mina desconocida se me acerque a charlar, la miro a los ojos, le digo “Si te doy en la frente, es culpa tuya” y ataco. Total hay más gansos como yo que hacen lo mismo.

El infravalorado arte del cabezazo tucumano (PARTE II)

Hace unos días, no sabemos como, dimos un topetazo con un Weblog de Clarín. En el mismo se habla del "Top Ranking 36 de la Torpeza Humana". No nos sorprendió para nada, porque son cosas que en su conjunto solo nos pasan a nosotros; es decir que tenemos, en promedio, más del 73,8% de probabilidades de que nos sucedan por lo menos 38 de las 36 torpezas mencionadas. Por eso clasificamos para semifinales en la categoría de “índigos” sin jugar ningún partido previo.

Pero había un punto que nos tocó: el Nº 23.

“Darle un cabezazo tucumano a la mujer de tu vida cuando estás por darle su primer beso.”

Leí eso y de repente una luz blancuzca resplandeciente iluminó toda la habitación alcanzando lo más profundo de mi alma, para segundos después desvanecerse: se me había cagado el foquito OSRAM de mi pieza; al margen de la experiencia mística puedo decir, y sin vergüenza (bueno, un poco) que el 90% de mis primeros besos con alguien fueron cabezazos tucumanos. El 5% corresponde a tropiezos accidentales semi-sensuales y el otro 5% corresponde a piquitos que me doy con mi mascota, que prácticamente es el único ser del sexo femenino que me tira onda. Como te quiero Loli!


No voy a entrar en detalles de cada cabezazo tucumano dado, o al menos eso lo haremos con mi compañero en el transcurso de los meses siguientes, pero mientras cambiaba mi foquito por uno de 25 watts me preguntaba:

¿Si una técnica de seducción totalmente carente de sensualidad sigue vigente y sigue arrasando en las noches porteñas, ¿por qué sigue y de donde surge?

En la búsqueda de mi respuesta estas semanas, me topé con estudiantes de física, química, biología, antropología y toda esa gente de carreras extrañas que te hablan en códigos y se ríen de chistes de ñoños, formando un grupo selecto mientras uno mira desde afuera pensando “¿Y este boludo de que se ríe? Veamos las respuestas dadas desde diferentes enfoques.

CONTINÚA

martes, 16 de marzo de 2010

El infravalorado arte del cabezazo tucumano (PARTE I)

Hace un par de meses, una amiga me contaba sorprendida su salida con un chico. ¿A que se debía su sorpresa? Pensemos en los atributos como: seco, directo, sorpresivo, raro, inesperado. Ok. Si el muchacho fuera boxeador y estuviesemos hablando de uno de sus golpes, todos lo aplaudirían. Pero no: hablamos del beso que su “chico” le encajó… un claro ejemplo del “cabezazo tucumano”.

El cabezazo tucumano es la marca registrada de la sensualidad índiga. Es una técnica de besar sumamente arriesgada basada en el efecto sorpresa que ocasiona en el enemigo, dejandolo confundido y presto para un próximo ataque.


Los pasos básicos pueden definirse como una serie de exabruptos grotescos, que si por gloria y gracia divina son sorteados, se llega a la última instancia. Y todavía en la última instancia hay chances de fallar. Veamos:

PASO Nº 1: Consiga una cita con una muchacha

El paso 1 es el más difícil de todos ya que pocas veces la víctima accede a nosotros, dando por resultado que el encuentro quede trunco y el arte del cabezazo se declare inexistente (para bien de la muchacha).

Pero supongamos que los planetas se encuentran alineados, que el signo del perezoso se conjugó con el del dodo haciendo la estrella del “peredodo” y su aura tiene el suficiente magnetismo como para generar “algo” en la otra persona. Casi nunca sucede, pero hagamos de cuenta que el paso 1 se cumple. Sigamos.

PASO Nº 2: Elija el momento menos oportuno del encuentro cercano con el sexo opuesto.

Por lo general, el primer beso siempre tiene un clima alrededor que lo va anticipando: las miradas, las sonrisas cómplices, las risitas nerviosas, los cuerpos que se van a acercando, el ya clásico toque de pelo al son de la melodiosa voz viril que dice “estás hermosa esta noche”, “¿te puedo robar un beso?”.

El índigo pasa por encima de estos avisos como el tren de la línea Mitre que tenía que frenar en Zárate y terminó en Santiago del Estero. No entiende de sutilezas, dobles mensajes, avisos previos, señales corporales. No. Inteligentemente, elige el momento menos presentable de la noche, como cuando la chica está contando sobre lo que hizo el fin de semana pasado con sus amigas, o cuando están ambos mirando zapatos frente a una vidriera; todo acompañado de frases cargadas de sensualidad y erotismo, tales como "Mirá! ¿Eso es un colegio privado" o "Tengo un amigo que es donante de esperma". (NOTA: Ejemplos basados en la vida real. Ampliaremos la información más adelante).

Para muestra basta un botón, y hete aquí que encontramos uno genial. Casi nadie lo recuerda, pero allá por el año 2005 Doritos hizo una publicidad donde claramente mostraba el cabezazo tucumano; ahí podemos ver en su máxima expresión la importancia del paso Nº 2. Es una obra maestra del arte de seducción que merece un aplauso:



PASO Nº3: Tome un ligero envión

Todos se preguntaran como hacía Bruce Lee para partir maderas, cocos y latas de atún La Campagnola con un solo golpe certero. La clave está en la energía cinética acumulada: la concentración de energía en un punto clave del cuerpo (como ser el puño), hace que la misma se dirija unívocamente en una sola dirección.

Lo mismo se hace con el cabezazo tucumano: incline levemente el marote hacia atrás y arquée el cuerpo hacia delante. De esta manera, la cabeza se impulsará hacia delante como si de un péndulo se tratase.

Es crucial realizar este movimiento con rapidez, ya que si la víctima se percata de la intención saldrá corriendo horrorizada o interpondrá un chopp de cerveza entre usted y ella para que la pasión no tenga lugar.

(Los índigos maestros, como Zinedine Zidane, realizan la fase 3 en menos de 3,7 milisegundos, es decir, a la mitad de la velocidad del sonido. Impresionante.)

PASO Nº 4: El choque

Como se deducirá de lo expuesto anteriormente, el índigo no encara: se le da la oportunidad. El índigo no chamuya: dice gansadas. El índigo no besa: tropieza con labios ajenos. Pero en fin, luego del envión pueden suceder tres cosas.

a. Que la muchacha, sorprendida, corra la cara, lo que puede llevar a que la cita termine en una salita de la cruz roja: el topetazo, lleno de energía, bestialidad y pasión por partes iguales, puede terminar en la nariz, en los dientes o en la frente. La práctica hace al campeón, como lo muestra este adolescente índigo mexicano lleno de testosterona pero falto de sensibilidad:



b. Si la muchacha es lo suficientemente rápida, puede esquivar el tucumano al grito de “Pará, ¿que estás haciendo?” o simplemente huir despavorida, tal como lo muestra de nuevo la genial Propaganda de Doritos, pero esta vez en Venezuela:



c. Que la muchacha mantenga el interés, pese a todas las gansadas hechas y dichas durante la cita, como mencionar el tereso que dejó un amigo en un hostel de Misiones o lo bien que juega a la escoba de 15 la tía Yoli. En ese caso, el cabezazo llega a buen puerto y la minita puede disfrutar a pleno de todo el despliegue de sensualidad que brota del índigo.

viernes, 5 de marzo de 2010

A caballo regalado...

Volvimos!! No es que nos hemos corregido y ahora somos personas que caminan por la calle sin tropezarse o pueden mantener una cita y salir triunfantes. Lamentablemente NO! Nos han pasado miles de cosas que el índigo considera necesario que el mundo sepa, para que de esa forma sea comprendido un poco más o puteado un poco menos.

En esta oportunidad trataremos de graficar una escena que demuestra que la indiguez sigue corriendo fluidamente por las venas.

Contexto:

Sábado de noche en un bar de esos que terminan haciéndose bailongo. Índigo en compañía de amigos/as tomando unos ferné y haciendo frenéticos movimientos cuya acción se llama generalmente baile.

El índigo en un momento de la noche se aparta del grupo y pide un cigarro a una muchacha la cual responde afirmativamente ante tal petición. Muchacha e Índigo comienzan dialogando sobre el origen del cigarro pasando por sin fin de lugares, terminando en una critica a las políticas macristas. Después de largo rato, clásico del índigo, siente que la muchacha puede llegar a caer hechizada bajo sus brazos y jugándose el todo por el todo, tira el famoso cabezazo tucumano** teniendo como resultado muchacha e índigo besándose.

Sabrán que para el índigo esto es poco normal y que no se parece a otras “noches de excesos” descritas con anterioridad. Pero hecha la introducción, contaremos el suceso por el cual esto sí entra bajo el calificativo de índigo.

Suceso:

El índigo se encuentra besando a la muchacha cuando sin más previo aviso se tropieza con algo no esperado. Durante el beso siente que algo no se encontraba en su lugar dentro de la boca de la muchacha: la lengua topaba con un objeto volador no identificado. Después de varios exámenes en profundidad el índigo estaba más que seguro de su conclusión.
Conclusión:

Aclaración: El índigo puede haber pensado semejante idiotez producto de toda la bebida consumida aquella noche, sin embargo la sobriedad no garantiza un resultado muy distinto.

El examen bucal arrojo los siguientes resultados con una predicción válida del 99%: MUCHACHA CON DIENTE FLOJO.

Sí! aunque no lo crean, aunque piensen que es un chiste o que es imposible; él estaba seguro que el elemento no identificado era un diente flojo. Debido a que la duda lo carcomía y como buen hombre de ciencia que quería llegar al fondo de la cuestión, el galán y cabellero quiso saber que secreto escondía esa boca para lo cual apelo a toda su sutileza y mantuvo el siguiente dialogo con la chica:

Índigo (I): ¿Te puedo hacer una preguntita?

Muchacha (M): Dale

I (con cara de inocente): ¿Tenés un diente flojo?

M (risa mezclada con estupefacción): JAJA! No!! TENGO UN ARITO EN LA LENGUA

Lo raro es que no hubo el clásico: “vos sos pelotudo?!". En fin.
A continuación la chica muestra el objeto contundente y no había dudas: en su lengua había un arete y en el bar habitaba el índigo mas nabo y desubicado que la noche hubiese parido. El índigo no podía creer semejante diferencia ente sus conclusiones y la realidad y después de una breve charla, paso un amigo que lo rescato de semejante bochorno llevándolo otra vez para sus pagos.

Como se ve, la ausencia de la indiguez solo fue en la red porque estos salames la practican a diario, en cada paso que dan, en cada colectivo que viajan, en la cotidianeidad de sus actos.

** NOTA: Para beneplácito del conjunto de seguidoras olientes a feromonas que nos siguen, la caracterización del beso apasionado índigo, denominado “cabezazo tucumano”, será próximamente editada.

jueves, 25 de febrero de 2010

Censura cacahuetera (o la guerra del maní)

"VOLVIO PERON CARAJO!!!"


Eso fue en el año 1971, o 1972, realmente no me acuerdo porque no estuve ahí. ¿Pero qué tiene que ver el general con nosotros? Absolutamente nada. Salvo porque, según su biógrafo norteamericano Jerry Jenny Kearney, era devoto del maní y del queso de cabra. Y ahí la cagamos.

Más allá de las internas actuales del peronismo argentino, como algunos de ustedes sabrán (porque suponemos que otros ni sabían porque no nos visitan, putos), este blog estuvo inactivo por más de 6 meses. ¿Nos fuimos? Para nada. NOS FUERON! ¿Quienes? No… la pregunta es ¿Quién?

La respuesta es OBVIA: NUESTRO ARCHIENEMIGO NUMERO 1. Desde hace 6 meses más o menos, los supermercados chinos se abarrotaron por un nuevo producto: el maní japonés, que se presenta bajo la siguiente díada:

1. La aparente “amigabilidad” e “inocuidad” del producto, más tratándose de un producto con denominación “japonés” en un supermercado “chino”, cuando sabemos que entre ponjas y chinos hay más pica que entre el Conurbano y Capital Federal

2. La inexpugnable relación entre el hecho de su aparición en el mercado y la desaparición de nuestro blog

Efectivamente, desde la apertura de nuestro espacio de reflexión sobre la vida del índigo, hemos recibido constantes avisos acerca de la “peligrosidad” de nuestra actividad. Aquí un breve paneo de la serie de eventos acaecidos

JULIO ‘09

Recibimos un mail a nuestra casilla de correos. Dado que nadie nos escribe, directamente nunca la revisamos, pero por esas casualidades de la vida me dispuse a ver que había. Para mi sorpresa, había 5 mails: 4 de los clásicos spams que le llegan a toda tío abuelo, como el ya clásico “Alargue su pene en 20 días” o “Esta es tu oportunidad, negocio en puerta”. El último era sospechoso; se titulaba “!!!”. Decía algo así:


みさえさんはきれいな人です。今日は暑い日です。この本はそんなに高くないです。首都ブエノスアイレスは静かでは (じゃ) ありません。です。今日は暑い日です。

です。首都

Dado que se encontraba en un idioma que deducimos era oriental (aunque estabamos seguro que no coreano, ya que nuestro amigo Chan Fai-Nha nos familiarizó con él), y el traductor de Google solo tiraba frases inconexas del tipo “Matar feo putera” “Petera corrige menemista ya examen”, decidimos rendirnos y dejar la interpretación para la próssima edición del libro de Jacobo Winograd.

AGOSTO ‘09

Mi compañero intenta postear una nueva experiencia índiga. Digo nueva, pero son siempre las mismas, solamente que se repiten en diferentes circunstancias, ya que tienen el común denominador de ser cosas pelotudas que te pasan en los momentos más inoportunas.

ENTER

No funca Blogger

DOBLE ENTER

No funca Blogger

TRIPLE ENTER, ABAJO ATRÁS ADELANTE B KAME HAME HA DE GOKU

La página no se encuentra disponible

La escena se repitió durante los días siguientes, hasta que Gokú se cansó de tirar flamita por la palma de la mano y se mandó a mudar. Mi compañero me llama desesperado contandome la situación. Intentamos los dos, cada uno por su lado, y no habia nada que hacer: Blogger se había retobado como un burro en celo. Y nos la estaba dando por atrás.

SEPTIEMBRE ‘09

Me encontraba en mi casa, una de esas típicas tardes de domingo donde no tenés nada que hacer, excepto poner un CD Deep Purple y hacer que tocás la guitarra. Mientras me encontraba en pleno solo de “Highway Star”, siento que algo se estrelló contra el vidrio de mi comedor.

Un maní. Pero no un maní cualquiera. Era un poco más grande que los normales, como de esos cartuchos de escopeta, una verdadera arma de destrucción masiva de la OTAN que por error cayó en mi domicilio humilde del conurbano bonaerense. Le saqué una foto para que quede como prueba:


La cosa iba en serio. A alguien estábamos jodiendo y se estaba tomando represalias.

OCTUBRE ‘09

En una noche de excesos (alcohol en gel y mujeres por msn), con mi compañero nos acordamos que teníamos un blog. Decidimos entrar. LA CONTRASEÑA ERA INVALIDA. ¿Pero como pudo haber sido esto?

Desistimos de todo intento. Ya conscientes, o medio conscientes porque la otra parte consciente todavía no se despabilaba, decidimos tristemente dar por cerrada la persiana de nuestras aventuras.

FINES DE NOVIEMBRE ‘09

Encuentro 20$ debajo del asiento del 44. Milagro! La vida me sonríe

PRINCIPIOS DE DICIEMBRE ‘09

Voy al chino de la vuelta de mi casa para hacer las compras de la semana: latas de paté y pan duro. Pago al chino con mis magníficos 20$. Da un salto en el aire y se posa sobre el mostrador haciendo la grulla.

“Billete falso, billeté!”

Intenté calmarlo, pero sigue gritando como un desaforado. Viene lo que supongo era su mujer y logra calmarlo. Me voy del lugar dejando mis compras y retirando mi billete, y es entonces cuando me percaté de la magnitud del desastre que acontecía a mi alrededor:

“Todos los supermercados chinos fueron invadidos por maní japonés, que se ubica estratégicamente entre los snacks convencionales y las botellas de cerveza”

Pero claro! Ahí me cayó la ficha: mientras estábamos acorralados por un enemigo que no podíamos ver, él mismo se materializó en ese maní de envoltorio crujiente que hace furor entre los jóvenes porteños. Hemos perdido la batalla.

ENERO ‘10

Memory delete. Insert memory card, please. Thank You, one momento please

FEBRERO ‘10

Misteriosamente, cuando las acciones del maní en la Bolsa de Nueva York registran su pico de alza histórico, nuestro blog es liberado por las ataduras de la censura cacahuetera. ¿Relación o casualidad?

Por eso, desde este humilde espacio de militancia, seguimos peleando por la defensa de los derechos índigos. BASTA DE CENSURA!!!

domingo, 26 de julio de 2009

La venganza de Jazzy Mel: Indigos en las pistas

“Ay! Me estás pisando!”

Ese fue el regaño que recibí de mi compañera de baile la última vez que intenté dar alguna que otra danza estándar… la cual fue hace mucho, porque ya tiré la toalla con estas cosas. Esto me dio el pie para proceder a contar mis vergonzosas experiencias en las pistas de baile.

Rapeame y llamame Martha

Tengo gratos recuerdos de cuando era niño: allá por el año ’92, cuando era fanático acérrimo de Jazzy Mel y de Michael Jackson por partes iguales. Con mis incipientes 5 añitos, no hacía otra cosa que pedirle a mi madre que me enchufe el grabador, que ponga el casette de Michael Jackson (el “Dangerous”, por si alguien lo recuerda) y me la pasaba bailando toda la tarde en el comedor, usando el tubo de cartón de un papel higiénico a modo de micrófono. Tanto era mi fanatismo por el baile que llegué a bailar “Fue amor” de Jazzy Mel para el acto de fin de año del Jardín de Infantes. Era un demonio en el escenario: me escapé de los pasitos que nos enseñó la maestra Moni y me puse a improvisar: giro, voltereta, gestito de manos a lo raper, una medialuna y de rodillas al piso. Pero claro, en ese entonces yo no tenía conciencia de que se reían de mí y no conmigo, pero que vamos a hacer, éramos tan inocentes!

De hormonas y danzas nupciales (fallidas)

Pasaron varios años hasta llegar a 7mo grado. Ahí empieza a aflorar la pre-adolescencia, esa bella etapa en la cual ves que tus compañeritas empiezan a crecer, desarrollan las glándulas mamarias (léase tetas) y salen con chicos 4 años mayores que ellas, mientras vos y tus compañeritos siguen siendo los mismos boludos de siempre, que rompen la tarde jugando a la mancha en los recreos y hablando todo el día de Dragon Ball Z; a la par, las charlas de educación sexual de la gente de Johnson & Johnson te dejan más dudas que certezas. Por lo menos a mí, que tardé mucho tiempo en relacionar de forma racional la ecuación “pene + vagina = niño”… pero esa es otra historia.

Era la época de las hormonas. Y también era la época de los famosos “asaltos”: reunión nocturna en casa de alguno de nuestros compañeritos de clase, a base de chizitos, papitas y Coca-Cola. Y obviamente de bailes. De cumbia tropical. De los lentos.

Oficialmente se hicieron 9 asaltos. No fui a ninguno. ¿Por qué? Porque después del “Estrés Post-Traumático ocasionado por Jazzy Mel” estaba empacado con no querer bailar. Y aunque me insistieron mil veces, jamás me presenté a asalto alguno. Recuerdo que la chica que estaba atrás mío siempre venía y con sonrisita cómplice intentaba convencerme. Mis respuestas eran siempre del tipo “No gracias, no me gusta”. Así que ofuscada tras 8 meses de intentar despabilarme, terminó en los brazos de un compañerito mío.

El ataque del boxitracio metalero

Ya de adolescente quinceañero, mi incipiente actitud heavy metal me impedía pisar un boliche careta y venderme al sistema. Hasta que me di cuenta de una tragedia: en los recitales de power metal a los que iba, había 99% de hombres. El 1% restante correspondía a mujeres con una mezcla letal de feromonas, el Coco Basile y el enano peludo del Señor de los Anillos. Todas estaban en brazos de lavarropas gigantes con campera de cuero y cara de pocos amigos, así que la situación era desoladora. Así que decidí alejarme por un tiempo de las huestes del “looser metal” y probar suerte en un boliche. Así es, el espíritu de Jazzy Mel resucitaría en las pistas de Showcenter, Pío Baroja, George Clooney y Pinar de Rocha.

Concretamente fuimos con los chicos de la secundaria en una salida conjunta a un boliche de Zona Norte. En esos momentos andaba detrás de una compañera con la cual nos llevábamos bien pero nada más, así que esa noche enfilé hacia donde estaba ella. Enfilar es metafórico, ya que no avancé sobre ella, sino que me puse a hablar con dos flacos que estaban en la fila y pegamos buena onda.

Entramos adentro. Ronda improvisada de baile con ella, una amiga de ella, un amigo mío y los dos flacos que conocí en la fila. Recuerdo ver su cara diciendo como “Y a este que le pasa?” al ver mis movimientos. ¿Y cómo no iba a decir eso? A ver, dejenme explicarlo detalladamente como es el “Baile Indigo de Reconocimiento” (o “BIR”, según las siglas que manejamos):

1. Pies separados. Pero no mucho.
2. Se mueve el cuerpo hacia un costado y hacia el otro, en movimientos repetitivos.
3. Los brazos levantados ligeramente hacia arriba a la altura del pecho, con los puños cerrados, realizando movimientos circulares.

¿Se entiende la idea? ¿No? A ver…


Así es: Mis pasos de baile no le envidiaban nada a los de un boxeador. Era el Carlitos Monzón de las pistas. Cuestión que no me importó demasiado, solo quería estar con mi chica. Y si así lo deseaba… tenía que sacarla a bailar.

Sonaba “Mi primer millón” del grupo Bacilos. Listo. Me acerco a ella, le digo “¿Bailamos?” y ahí, una vez iniciado el “Baile Indigo de Cortejo” (o “BIC”, según nuestras siglas), los dioses de la sensualidad y el ritmo agarraron ambos una calibre 22 y se volaron mutuamente la tapa de los sesos.

El baile con ella duró lo que un pedo en el aire. La agarré de las manos, la zamarreé para ambos costados y le di una vuelta. No estaba nada mal para un principiante. Acto seguido, ella intenta darme una vuelta. Giré para el otro lado, me enredé con las manos y le doblé su brazo. En ese momento me soltó y me preguntó con una sonrisa tierna:

_ ¿No sabés bailar?
_ Pasa que soy zurdo


Mi explicación venía por el lado de que al ser zurdo, yo giré para el lado que creía correcto, pero como ella era diestra me giró para el lado donde todas las personas normales tienden a girar. Si, los índigos somos unos incomprendidos en la sociedad.

Luego de esa breve interacción, me fui a la barra a buscar algo para tomar, dispuesto a regalarle un vaso de gaseosa barata marca Tiranosaurio, ACME o Tiklín. Cuando vuelvo, la encuentro bailando alegremente con uno de los chicos que yo había conocido y le había presentado. A la hora estaban hablando solos en un rincón de la pista. Al rato mi amigo me dice “Che, me pa que la flaca entró, eh?”. Acto seguido, volteo la mirada y veo al flaco haciéndole una transfusión urgente de amígdalas. Pero la cosa no terminó ahí.

Yo había quedado en que la llevaba de vuelta hasta su casa, cosa que estaba dispuesto a cumplir. Cuando ya se estaba haciendo la hora de volver, me acerqué a ellos. ¿Qué podía decir para romper el hielo? Recordemos que el índigo se caracteriza por decir incoherencias o frases totalmente fuera de contexto que dejan pagando al auditorio. Y esta no fue la excepción. El diálogo fue más o menos como sigue:

Indigo: Los felicito (saludo con la mano a ambos)
Winner: Je, gracias chabón…
Indigo: (Dirigiéndose su mirada a la muchacha) Esteee… son las 5 y yo me tengo que ir yendo… te puedo tirar hasta tu casa porque me viene a buscar mi hermano.
Mina: Ah dale… ¿puede venir él también? Porque vive cerca y lo podemos dejar de pasada.

Así que no solo mi hermano me buscó a mí y a ¿mi chica?, sino también al flaco de esa noche hasta su casa. Y tenía razón. Quedaba de pasada nomás.

martes, 14 de julio de 2009

El perezoso

Color: Verde Rúcula

Este color que queda tan cool en un plato cuadrado en cualquier resto/bar de Palermo es la coloración característica de los perezosos/sas. De cool solo la Rúcula, porque los perezosos/sas están lejos de esta actitud. Verde Rúcula no solo se relaciona con la “peluca” colonizada por algas microscópicas y líquenes de los perezosos/sas, sino que este color tiene profundas implicancias que van desde el movimiento de planetas que favorecen al índigo/a, pasando por la relación con el sexo opuesto hasta llegar a ver que posición ocupan estos salames en la estructura social. Igual, como no le entendimos una goma al norcoreano y ayer cuando fuí a ver las estrellas estaba nublado, hacemos este informe con los pocos jeroglíficos que le entendimos a Chan Fai-Nha.

A partir del color del Perezoso y de nuestras agudas interpretaciones se desprenden los siguientes datos:

Frase característica: “verde que te quiero verde”

Desde un asado con amigos hasta en un boliche utiliza esa frase. Esto sumado a su “dormir” continuo y sus lentos movimientos lo transforman en un perdedor/ora casi incorregible.

Piedra: canto rodado
Cuando recibimos el e-mail de Chan Fai-Nha no le entendimos un carajo, pero creemos que cuando hablaba del Perezoso decía algo de un “canto” y algo de un “rodado” (le preguntamos al del supermercado chino más cercano y creemos que nuestra interpretación fue correcta, igual tampoco le entendimos nada a don Sakamoco que nos decía todo que si). Igual hay cierta correspondencia porque algunos perezosos/sas llevan cantos rodados en sus morrales. La mitad los usa para defensa personal, se los revolea a cualquiera que considera peligroso, igual siempre le erra. La otra mitad, se creen McGiver y llevan unos cantos rodados para hacer instrumental lítico ante cualquier eventualidad. Nunca les salio ni media punta de nada y terminan con las manos todas rotas.




Aquí observamos al índigo utilizando los cantos rodados que tenia en su morral para confeccionar un cuchillo para cortar el salchichón primavera y hacerse unos sanguches. Resultado: no pudo realizar instrumento con filo alguno y para colmo se quebró un dedo de un piedrazo.


Metal: nunca tiene un Cobre.

Perfume: Pino y Musgo.
Esta más cerca de los pinitos que se cuelgan en los autos o de las fragancias de los desinfectantes de baños públicos que de algo sensual que provoque el deleite de narices ajenas.

Número asociado al signo: 7, 34 periódico

Es el número promedio que el perezoso rebota por noche y la cantidad de horas que tarda para animarse en invitar a alguien a un lugar más “intimo” (si esperamos a que se anime a decir telo la cantidad de horas pudrían triplicarse)


Su Hobby: La siesta
En esta actividad no encontramos mucha sorpresa. No solo hace siestas por la tarde sino que lleva su hobby a extremos inesperados echándose alguna “siesta” hasta en el mismísimo acto sexual.


Su deporte: Natación.
No se mueve como un pez pero tampoco se ahoga y eso ya es bastante para el perezoso. Sabe estilos varios entre ellos perrito, crol y el cabezazo (un estilo propio que consta de impulsarse a base de dar fuertes movimientos con la cabeza). Su cuerpo, generalmente delgado como un junco, lo hace aerodinámico aunque utiliza sungas verdes que lo convierten en algo abominable. Meritos deportivos: la obtención de un séptimo puesto.



Foto sacada al finalizar una competencia. Su cara de desazón no es solo por haber salido último sino por darse cuenta que se tiro a nadar desnudo sin su clásica sunga verde rúcula que le asegura un sexto puesto.